"¿Y después que hacemos...?."; "Después nos morimos Morita".

Ansiosa. Siempre ansiosa. Desde chiquita, que no podía dormir cuando al otro día nos íbamos de vacaciones. O en la Noche de Reyes. Siempre. Siempre ansiosa. Cómo va a resultar X cosa en el futuro más cercano... mi gran intriga. ¿Será bueno, será malo?, ¿será mediocre, será sublime?. Ansiosa. Debe venir de "ansias" el término... ¿no?... ¿no?... y las ansias no son malas, son como una energía saltarina que... que no te deja dormir cuando tienen que llegar Los Reyes. Pero no es malo... aunque no me deje dormir... que manía de querer anticiparme a las cosas. Me imagino miles de circunstancias, de las más variadas... para que después me termine sorprendiendo ese futuro inmediato... o no... tal vez no... quizás lo que pensé resultó así. Pocas veces pasa eso. Estoy ansiosa. Sigo ansiosa. Y me cuesta distraerme de este sentimiento, que siempre está conmigo, sobre todo cuando me juego, tomo una decisión... ¿me irá bien, mal, mediocre, sublime?... No me interesa tener el control de las cosas... pero me gustaría calmarme, que en mi cabecita las "posibilidades" me dejen tranquila, que no me molesten más... No sirve, no sirve... quiero mi mente en blanco, una paz intelectual, un mar que solo dibuje orillas...

17 de Febrero, "por las calles de Oruro".

"En conclusión, no alcanzan las palabras, las metáforas ni seguramente las fotos para poder transmitir la belleza de este carnaval... mezcla de simbologías (figuras orientales, otras bien indígenas, otras occidentales), pureza de colores, pies que acarician la tierra dibujando danzas ancestrales, brillos y sonrisas sujerentes, osos pícaros y gordos, vientos que abren el aire y te inflan el pecho y la empatía sentida hacia este pueblo que pelea, sufre y festeja... un gran carnaval, donde el rico es pobre, y el pobre rico... el indio es conquistador, y el conquistador es burlado... Oruro, te tengo presente..."