Un groso...

Si pienso en que algún día pueda escribir como me gustaría, en ese ideal inalcansable, siempre imperfecto y tentador, creo que buscaría -como lo hago ahora- los aportes de tipos y minas que han sabido leer y captar esencias de una cultura tan complicada como la "argentina", que han encontrado efímeramente la imagen que nos hacemos de nosotros mismos, que no siempre coincide con la que somos en realidad- si es que hay UNA realidad, y si además, si esa realidad es verdadera-.
Mentes y corazones como las de un Arlt o la de un Fontanarrosa, o un Jauretche, del que no he leído nada, pero lo ubico hipoteticamente en esta compañía de almas argentas. Textos que han descripto al buen tipo, al garca, al chabón, a la mina enamorada,
a la vereda del barrio (y esas sillas que esperan...), a la tribuna futbolera y las pasiones arremolinadas que en ella se encuentran... palabras de grandes mentes, con sensibilidad local, con palabras simples, y a la vez profundas.
Me gustaría escribir como ellos/as, llegar a la risa de alguien desde una frase elocuente de lo nuestro... así de verdadera como la esquina de una mesa de bar, de esas perfectamente cuadradas en la base, de patas altas y suavemente encorvadas, de madera oscura -de un color caramelo recién hecho- y barnizadas hace antaño... esas mesas que guardan secretos, historias, chistes, tazas de cafe, de vermout, chops de birra...
Quería una especie de homenaje cómico para el Negro... pero me sale esto, debe ser porque me pone triste que te hayas ido... y te hablo así, como un amigo. Un groso.